Netflix
y blockbuster, el triunfo y la derrota
Muchos conocemos la trágica historia de Blockbuster, el
cierre de sus numerosos establecimientos, sus pérdidas de clientes y sus
enormes deudas, todo terminando en el capítulo final, la bancarrota de la
empresa. La mayoría adjudica este fracaso a Netflix, una compañía que inició
pequeña pero al final sobrepasó al gigante y terminó poseyendo mucho más que su
contraparte alguna vez tuvo. En realidad es cierto que fue un triunfo para
Netflix en todos los sentidos, no sólo se quedó con el mercado que dominaba
Blockbuster, pero también lo expandió exponencialmente convirtiéndose en una de
las empresas más rentables de la actualidad. Simplemente al observar el valor
máximo que alcanzaron ambas empresas nos podemos dar cuenta de su éxito, con
Blockbuster obteniendo 8 billones de dólares durante su mejor época contra los
20 billones que actualmente vale Netflix.
La singular estrategia de mercado y su alta
calidad de reproducción en línea hicieron de Netflix un poder emergente en la
industria de comunicaciones y entretenimiento. En el caso de Blockbuster, su
derrota fue más bien un conjunto de situaciones, que de malas decisiones a una
deficiente estrategia para hacerle frente a la competencia, llevaron a la
empresa a su oficial quiebre en 2010. Años antes de que Netflix emergiera de su
pequeñas instalaciones y se convirtiera en una verdadera competencia,
Blockbuster ya tenía problemas financieros. Con la entrada del internet en
todos los hogares durante la década de los noventas y a principios del siglo
XXI, y la enorme cantidad de descargas ilegales, Blockbuster sabía que entrar
al mercado en línea sería sólo cuestión de tiempo, pero aún así en el año 2000
cuando el creador de Netflix le ofreció a Blockbuster que comprara su empresa y
se unieran en una alianza para introducirse al mercado en línea, los directivos
declinaron la oferta. Blockbuster apostó por diversificar sus productos, y
abrirle paso a una mayor gama de consumo. Una decisión fundamentada en obvias
tácticas de mercado, probadas eficientes en otros casos, y que de no ser por el
masivo avance de las reproducciones en línea de los últimos años, quizá hubiera
funcionado.
Lo que realmente sucedió fue que
Blockbuster al primero centrar su atención en ampliar su gama de productos
disponibles al incluir dulces y juguetes, terminó entrando tarde al mercado en línea.
Y para cuando le quiso hacer frente a Netflix, no solo estaba en desventaja por
el tiempo, también quería mantener su sistema que durante muchos años le había
servido en sus tiendas y trasladarlo al internet, y esto provocaría ser su
inminente final. Mientras Netflix implementó nuevas técnicas de distribución y
de pago, Blockbuster nunca pudo ponerse a la par. Al final fue obvia la
decisión del consumidor, frente a tener que ir a rentar un dvd a unas calles a
la distancia, a simplemente entrar a internet y ver una película por
reproducción directa, terminó ganado la comodidad de la tecnología. Un gran
ejemplo de un triunfo para la innovación y la tecnología, y de la derrota de
los sistemas arcaicos que no supieron adaptarse adecuadamente a las nuevas
tendencias. Probablemente este sea también una advertencia para muchas empresas
que se siguen guiando por antiguos sistemas de negocios, recuerden que una
pequeña pero visionaria empresa puede venir a acaparar todo el mercado.
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