martes, 7 de abril de 2015

Netflix y Blockbuster

Netflix y blockbuster, el triunfo y la derrota

Muchos conocemos la trágica historia de Blockbuster, el cierre de sus numerosos establecimientos, sus pérdidas de clientes y sus enormes deudas, todo terminando en el capítulo final, la bancarrota de la empresa. La mayoría adjudica este fracaso a Netflix, una compañía que inició pequeña pero al final sobrepasó al gigante y terminó poseyendo mucho más que su contraparte alguna vez tuvo. En realidad es cierto que fue un triunfo para Netflix en todos los sentidos, no sólo se quedó con el mercado que dominaba Blockbuster, pero también lo expandió exponencialmente convirtiéndose en una de las empresas más rentables de la actualidad. Simplemente al observar el valor máximo que alcanzaron ambas empresas nos podemos dar cuenta de su éxito, con Blockbuster obteniendo 8 billones de dólares durante su mejor época contra los 20 billones que actualmente vale Netflix.
La singular estrategia de mercado y su alta calidad de reproducción en línea hicieron de Netflix un poder emergente en la industria de comunicaciones y entretenimiento. En el caso de Blockbuster, su derrota fue más bien un conjunto de situaciones, que de malas decisiones a una deficiente estrategia para hacerle frente a la competencia, llevaron a la empresa a su oficial quiebre en 2010. Años antes de que Netflix emergiera de su pequeñas instalaciones y se convirtiera en una verdadera competencia, Blockbuster ya tenía problemas financieros. Con la entrada del internet en todos los hogares durante la década de los noventas y a principios del siglo XXI, y la enorme cantidad de descargas ilegales, Blockbuster sabía que entrar al mercado en línea sería sólo cuestión de tiempo, pero aún así en el año 2000 cuando el creador de Netflix le ofreció a Blockbuster que comprara su empresa y se unieran en una alianza para introducirse al mercado en línea, los directivos declinaron la oferta. Blockbuster apostó por diversificar sus productos, y abrirle paso a una mayor gama de consumo. Una decisión fundamentada en obvias tácticas de mercado, probadas eficientes en otros casos, y que de no ser por el masivo avance de las reproducciones en línea de los últimos años, quizá hubiera funcionado.



Lo que realmente sucedió fue que Blockbuster al primero centrar su atención en ampliar su gama de productos disponibles al incluir dulces y juguetes, terminó entrando tarde al mercado en línea. Y para cuando le quiso hacer frente a Netflix, no solo estaba en desventaja por el tiempo, también quería mantener su sistema que durante muchos años le había servido en sus tiendas y trasladarlo al internet, y esto provocaría ser su inminente final. Mientras Netflix implementó nuevas técnicas de distribución y de pago, Blockbuster nunca pudo ponerse a la par. Al final fue obvia la decisión del consumidor, frente a tener que ir a rentar un dvd a unas calles a la distancia, a simplemente entrar a internet y ver una película por reproducción directa, terminó ganado la comodidad de la tecnología. Un gran ejemplo de un triunfo para la innovación y la tecnología, y de la derrota de los sistemas arcaicos que no supieron adaptarse adecuadamente a las nuevas tendencias. Probablemente este sea también una advertencia para muchas empresas que se siguen guiando por antiguos sistemas de negocios, recuerden que una pequeña pero visionaria empresa puede venir a acaparar todo el mercado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario